Ciudad del Vaticano -- “Jóvenes, es momento de dar testimonio de vida y de
defender nuestra patria”. Este es el llamado que hace el movimiento Testimonio y Esperanza (Tye) a todos los jóvenes de México que peregrinan a la 37ª
Peregrinación Nacional Juvenil al cerro del Cubilete en Silao, Guanajuato, lugar donde se encuentra la estatua de Cristo Rey. La peregrinación tuvo lugar el 24 y 25 de enero, con la participación de unos cincuenta mil jóvenes procedentes de todo el país, para renovar su compromiso de fidelidad a Cristo y de amor a su patria.
Este año los jóvenes dedican la peregrinación al beato Anacleto González Flores, laico martirizado en 1927 durante la persecución de la Iglesia en México, quien fue instituido patrono de los laicos mexicanos el año pasado.
Leticia Laguna, coordinadora de la comunicación nacional de Tye, dice que se ha elegido a Anacleto para invitar a los jóvenes “a que sean testigos de fe” como lo hizo él.
Fabiola Vargas, joven que año con año asiste a la peregrinación, dice que participar en este evento le hace recordar que su meta “en esta vida es el cielo”.
La peregrinación a la montaña de Cristo Rey comenzó en 1983 cuando grupos de jóvenes comenzaron a ir a los pies de Cristo Rey para consagrarse a él. Y se inspira en varios eventos eclesiales vividos en México: la consagración del país a Cristo Rey, en 1914; la persecución de los cristianos en México durante los años 1927 a 1929, conocida como “la Cristiada”; así como la propagación de la espiritualidad de Cristo Rey por la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM), a la cual pertenecía el beato Anacleto.