Un joven recibe el sacramento de la confesión en la capilla de la iglesia San Pedro en el distrito de la Misión, el sábado 9 de mayo, en tiempo de pandemia. (Fotos Zac Wittmer/San Francisco Católico).
12 de mayo 2020
Lorena Rojas
La iglesia San Pedro en el distrito de la Misión en San Francisco abrió las puertas de la capilla para confesar a los fieles que llegaron el sábado 9 de mayo a recibir el sacramento siguiendo el protocolo de seguridad para prevenir el contagio de COVID-19.
Desde las 9 de la mañana hasta la 1 de la tarde, unos 50 fieles llegaron a recibir el sacramento de la Confesión en este primer día de confesiones de forma presencial en San Pedro dijo el padre Moisés Agudo, párroco de las iglesias San Pedro, San Carlos y San Antonio en el distrito de la Misión, y vicario para los hispanos de la Arquidiócesis de San Francisco. Agregó que continuarán confesando los sábados en este mismo horario con las medidas de seguridad requeridas.
Miembros de los Caballeros de Colón supervisaron que los fieles que llegaran a confesarse el 9 de mayo cumplieran con el distanciamiento social y el rostro cubierto durante todo el tiempo que estuvieran en línea.
Las confesiones se escucharon en la capilla Santa Ana a un costado de la iglesia San Pedro y solo se permitió una persona a la vez en la capilla con el sacerdote. Ambos con la protección obligatoria.
La celebración de los sacramentos sufrió modificaciones desde mediados de marzo por la orden de quedarse en casa. A raíz de los cambios tanto en la celebración de la misa como en la recepción de los sacramentos, la Iglesia recordó a los católicos que también se considera hacer un acto de contrición si no se cuenta con la presencia de un sacerdote en casos particulares como el que se está viviendo por la pandemia.
Sin embargo el padre Agudo, dijo al San Francisco Católico que se tiene que comenzar a abrir los servicios en las iglesia porque el alimento del alma es tan importante como el alimento para el cuerpo. Para alimentar el alma es fundamental la práctica de los sacramentos de forma presencial, dijo el vicario para los hispanos. Él se mostró preocupado porque en esta sociedad no se considera el alimento del alma un servicio esencial.
Además de la apertura para la Confesión, el padre Agudo espera que pronto se permita celebrar las misas con los fieles presentes.
Para la reanudación de las misas ha elaborado un plan que incluye celebrar más misas los fines de semana de las que se celebraban antes de la pandemia, con el fin de recibir grupos pequeños en cada misa y mantener la seguridad de los parroquianos.
Una de las personas que llegó a confesarse a San Pedro el 9 de mayo fue María Isabel González, vecina de San Francisco quien se confiesa seguido y estaba necesitando recibir el sacramento con un sacerdote.
Al referirse a las medidas de seguridad durante esta confesión González dijo “Me pareció que fue seguro. Se tuvo la precaución requerida”.
Sobre la confesión espiritual, dijo que ella habla con Dios todos los días durante su oración personal, sin embargo “uno necesita de los apóstoles, para mi ellos (los sacerdotes) son como apóstoles que nos ayudan a reflexionar, a ver las cosas diferentes. Cuando uno se confiesa con el sacerdote el Espíritu Santo se impone en ellos y les da la sabiduría para aconsejarnos y alentarnos”, dijo.
Debido a la gran necesidad de los fieles de participar en los sacramentos y las misas con público presente en las iglesias, algunas diócesis de los Estados Unidos están dando los primeros pasos para reabrir la celebración de las misas.
Una de las primeras arquidiócesis que anunció la reanudación de las misas con no más de 25 feligreses por misa para guardar el distanciamiento social, fue la Arquidiócesis de Portland en Oregón, según un reportaje del Servicio de Noticias Católico, CNS, por sus siglas en inglés.
Otras arquidiócesis como las de Denver, Oklahoma City y Tulsa entre otras anunciaron también la reanudación con acceso limitado a no más de un 33% de la ocupación del templo, explica el reportaje de CNS.