El papa Francisco ora frente a la estatua conocida como “María Madre de Dios”, en la Basílica de San Pedro en el
Vaticano, el 1 de enero del 2020. (Foto CNS/Paul Haring)
5 de enero de 2020
Noticias del Vaticano
En la homilía de su primera misa del nuevo año 2020 el
papa Francisco invitó a cada uno a preguntarse: "¿Sé mirar a las personas con el corazón? ¿Me importa la gente con la que vivo? ¿Tengo al Señor en el centro de
mi corazón?” y agregando que si queremos un mundo mejor es necesario construir "una casa de paz y no
un patio de batalla, y que nos importe la dignidad de toda mujer” dijo.
El Papa celebró la primera misa del año 2020 el miércoles 1 de enero en la Basílica de San Pedro, con
motivo de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y por la “53 Jornada Mundial de la Paz”.
En su homilía el Pontífice ensalzó la figura de la Virgen María como aliada en el plan divino de salvación,
recordando que gracias a su sí, “cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer”
(Gal 4,4).
“No apareció en el mundo como adulto, sino como nos ha dicho el Evangelio, fue ‘concebido’ en el vientre
(Lc 2,21). Allí hizo suya nuestra humanidad, día tras día, mes tras mes. En el vientre de una mujer, Dios y la
humanidad se unieron para no separarse nunca más”, dijo el Papa.
“Las mujeres son fuente de vida, sin embargo, son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas,
inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre”. Toda violencia infligida contra la mujer
“es una profanación de Dios, nacido de una mujer” ya que la salvación para la humanidad vino del cuerpo
de una mujer “de cómo tratamos el cuerpo de la mujer comprendemos nuestro nivel de humanidad”,
afirmó el Papa.
El Santo Padre también hizo hincapié en que la mujer contiene en sí el fin de la creación misma “la
generación y protección de la vida, la comunión con todo, el ocuparse de todo”, agregó.