29 de noviembre del 2020
Lorena Rojas
El Adviento siempre trae esperanza y es el tiempo litúrgico en el cual la Iglesia Católica enseña el camino para salir de la oscuridad e ir hacia la luz que resplandece en su totalidad con el nacimiento de Niño Jesús el día de Navidad. Es también el comienzó del año litúrgico en la Iglesia Católica.
Este primer Domingo de Adviento también comenzaron de nuevo las restricciones que prohíben celebrar misas adentro del templo debido al aumento de infectados por COVID-19, las medidas rigen a partir de este domingo a mediodía. En Epifanía, la última misa adentro del templo fue a las 11:30 a.m., la misa a la 1:00 p.m., tuvo lugar frente a la iglesia, afuera.
El padre Rolando Caverte, residente en la iglesia Epifanía en San Francisco, después de encender la vela de la esperanza, este primer Domingo de Adviento, preguntó durante la homilía ¿estamos preparados para llegar al cielo?, al referirse al evangelio de este domingo que hace un llamado a estar despiertos y atentos para la llegada de Jesús.
Él recomendó reflexionar durante el Adviento sobre cómo utilizar el tiempo que es un regalo de Dios, y motivó a los fieles a construir buenas obras.
“Aquí en Epifanía (los parroquianos) pueden usar el tiempo en alguno de los ministerios pastorales como el grupo de oración, la liturgia, o ayudando en la comunidad, exhortó el padre Caverte.
La guirnalda de Adviento es un mensaje de esperanza, fe, gozo y paz representado en los elementos que contiene. Las tres velas púrpura, y una rosada representan las cuatro semanas antes de la Navidad. Cada semana se enciende una nueva vela y cada una simboliza una virtud teologal.
La vela del primer Domingo de Adviento es púrpura y simboliza la esperanza, la del segundo domingo es también púrpura y representa la fe, la del tercer Domingo de Adviento es rosada y representa el gozo y la vela que se enciende el cuarto Domingo de Adviento es también púrpura y representa la paz.