Un hombre usando una máscara ora en la Catedral Metropolitana en Managua, Nicaragua el 22 de marzo del 2020 a pesar de la pandemia. (Foto CNS/Oswaldo Rivas, Reuters).
7de abril del 2020
David Agren
Catholic News Service
MÉXICO D.F. -- Oficiales de salud en Nicaragua han impedido un programa de la Iglesia para prevenir el COVID-19 en el país, donde el gobierno ha restado importancia al impacto potencial de la pandemia y ha animado a la población a continuar con sus actividades normales.
El obispo Rolando Álvarez Lagos, de Matagalpa, Nicaragua envió un mensaje por Twitter el 5 de abril diciendo que el ministro de sanidad le dijo "que no puedo llevar adelante el Proyecto de los Centros de Prevención Médica, ni si quiera el Call Center", que hubiera proporcionado consejo médico.
"Quiero dejar constancia, ante el pueblo, que nosotros, como diócesis, quisimos trabajar por la salud del
pueblo, y no nos lo han permitido".
En un tuit anterior el obispo Álvarez dijo que el proyecto incluía seis centros médicos y un centro de llamadas "para informar, orientar y atender a la población ante el COVID-19, en la medida de nuestras posibilidades".
Los países centroamericanos han cerrado fronteras e impuesto cuarentenas en respuesta a la pandemia.
Pero el presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, la primera dama Rosario Murillo, le han restado importancia a los peligros de la enfermedad, convocando una marcha promoviendo "El amor en tiempos del COVID-19", según informan los medios locales. No han animado medidas de prevención como el distanciamiento social.
"Es una total desinformación" dijo Monseñor Carlos Avilés, portavoz de la Arquidiócesis de Managua. "Han hecho llamados a ferias de verano y a que la gente visite las playas. Estamos en el país de las maravillas".
"La iglesia ha tomado la iniciativa de prevención", dijo monseñor Avilés. "El pueblo está sin información y las iniciativas privadas son bloqueadas".
El país ha registrado seis casos de COVID-19 y una muerte, según Murillo, que asegura que los oficiales de salud están pasando información de puerta en puerta.
Las iglesias católicas han celebrado la misa a puerta cerrada y han cancelado las procesiones de Semana Santa. Los esfuerzos de la iglesia por promover la prevención han puesto a los sacerdotes en una posición que parece, una vez más, ser de oposición al gobierno--que en los dos últimos años ha reprimido protestas y perseguido a instituciones como las iglesias que prestaban apoyo a protestas de estudiantes y a familias de presos políticos.
"Admiración por mi hermano el obispo Rolando Álvarez ... el espíritu Samaritano de la iglesia es evidente. ¡Qué pena que haya fuerzas de tinieblas que impiden a la gente hacer el bien!", dijo en un tuit el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez.