Jaime Aguilar del grupo carismático Embajadores de Cristo de la iglesia San Antonio hace gestos mientras ofrece un mensaje sobre la misericordia de la Virgen María, durante la 7ª Jornada de Adoración del grupo Caminando con Jesús de San José Obrero, el 15 de agosto. (Fotos Zac Wittmer/San Francisco Católico).
19 de agosto del 2020
Lorena Rojas
San Francisco Católico
Al ritmo de himnos y expresivas alabanzas, los fieles carismáticos del grupo Caminando Con Jesús de la iglesia San José Obrero, en Redwood City, adoraron al Santísimo Sacramento presente en un altar improvisado bajo la sombra de los árboles.
Sin dejar de lado las reglas impuestas por el Departamento de Salud Pública del Condado de San Mateo por la pandemia, unas 90 personas reunidas bajo cuatro tiendas en el amplio campo de la iglesia San Antonio de Padua, en Menlo Park, celebraron la 7ª Jornada de Adoración.
Los organizadores colocaron cien sillas desinfectadas a seis pies de distancia. Los participantes mantuvieron las mascarillas todo el tiempo y las manos desinfectadas. No permitieron a los participantes cantar para evitar la transmisión de COVID-19, pero sí danzaron alegres, inspirados por el Espíritu Santo.
El evento apoyado por la Junta Directiva de Renovación Carismática Católica Arquidiocesana comenzó la tarde del sábado 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María y continuó el domingo 16 durante el día.
Además de las danzas y predicaciones, la Jornada de Adoración abrió espacio para oraciones de intersección y testimonios.
Durante ese espacio la asamblea oró por Ricardo Carlos, un hombre de 35 años que había salido de la prisión la semana anterior, después de tres años en varias prisiones, entre ellas San Quentin.
De rodillas frente a la imagen de la Virgen con su rostro bañado en lágrimas, Carlos escuchó las oraciones de decenas de fieles pidiendo la intersección de la Virgen por este hombre quien también perdió un hermano menor de un disparo por parte de un policía, y tiene dos hermanos más en prisión.
A pesar de las dificultades por la pandemia, los problemas migratorios que sufren muchos de los presentes y las historias dolorosas como la de Carlos, la esperanza mostró su rostro en las expresiones de fe y gozo de los creyentes carismáticos congregados en el campo de San Antonio.
Augusto Noguera, un inmigrante nicaragüense recientemente exiliado con su esposa e hijo por los conflictos políticos, compartió su testimonio de cómo el amor de Dios lo levantó de la adicción al alcohol, y ahora en su exilio le ha dado fuerza para comenzar una nueva vida en San Francisco, a donde llegó hace menos de dos años.
Noguera, dejó su trabajo como profesor universitario en Nicaragua, su casa y todos sus bienes. Salió huyendo de su propia patria por la persecución al rehusarse apoyar las políticas injustas del gobierno de los Ortega-Murillo y por continuar sus fervorosas prácticas religiosas como católico.
En la actualidad, él y su esposa Damaris Berrios son miembros de la junta directiva de la Renovación Carismática Católica Arquidiocesana de San Francisco.
Uno de los coordinadores de la Jornada de Adoración, Aleonso Hernández, dijo que este es uno de los primeros eventos organizados por laicos en San Mateo, después de la orden de cuarentena.
“Esta jornada es una bendición en medio de este desierto que vivimos por la pandemia, porque aquí encontramos a quien nos llena el alma, a Jesús”, dijo.
Hernández aseguró que los coordinadores de Caminando con Jesús temen al virus que causa COVID-19 por eso han sido cuidadosos de seguir las medidas de higiene impuestas por el Departamento de Salud Pública.
Los predicadores enfocaron sus mensajes en la Virgen María y el Espíritu Santo, inspirador de los carismáticos.
Alejandro Galo, coordinador de junta directiva de la Renovación Carismática Católica de la Arquidiócesis de San Francisco, predicó el sábado 15 de agosto sobre los dones del Espíritu Santo que son: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, piedad, fortaleza y temor de Dios, enfatizando en la piedad como un regalo de Dios que lleva a amar a los demás.
Mientras que Jaime Aguilar del grupo carismático Embajadores de Cristo de la iglesia San Antonio, predicó el mismo día sobre “María llena de Misericordia”, la madre de Dios que intercedió por la salud de su papá José Aguilar, de 81 años, quien se sometió en el 2004 a dos cirugía de columna el mismo día, con muy pocas posibilidades de éxito, y resultó en un milagro, dijo.