Los feligreses que llegaron a la misa de las 7 p.m. al Sagrado Corazón el sábado 4 de enero posan junto al nuevo párroco, el padre Erick Arauz al final de la misa. (Foto Zac Wittmer/San Francisco Católico).
17 de enero de 2020
Lorena Rojas
A pesar de la poca asistencia a las misas y la falta de dinero para sostener la administración de la parroquia del Sagrado Corazón en Olema, el nuevo
párroco, el padre Erick Arauz con fe y optimismo motiva a la comunidad para que se levante y ponga la parroquia a caminar.
A la misa en español del sábado 4 de enero a las siete de la noche llegaron unos dieciocho parroquianos entre adultos y niños; a la misa hispana de los domingos llega una cantidad similar mientras que a la misa en inglés los domingos llegan unos treinta parroquianos.
En la oficina parroquial no hay un registro de la cantidad de personas que pertenecen al Sagrado Corazón, y el padre Arauz recién comenzó a distribuir boletas para hacer un censo de los parroquianos.
Sin embargo el párroco no se da por vencido y sale a tocar puertas de los vecinos. “Estoy visitando a las familias para invitarlas a la iglesia, para que se sientan Iglesia y para que sepan que estoy aquí, que estoy presente”, dijo.
Desde su llegada al Sagrado Corazón el 1 de julio del 2019, el padre Arauz se encontró con una comunidad de fieles y el personal de la parroquia desanimados, “como esperando el cierre”. Sin embargo él sigue positivo, tiene proyectos y energía para llevar a la parroquia hacia adelante y le habla a su comunidad con entusiasmo.
El primer reto que enfrentó el padre Arauz al llegar al Sagrado Corazón fue los pagos urgentes y las arcas vacías, pero puso manos a su primera obra y logró con una rifa generar los primeros recursos para pagar.
El padre Arauz trabaja fuertemente para animar a la comunidad y reorganizar el consejo pastoral. El consejo está ahí pero “se reunían de forma esporádica, ahora nos estamos reuniendo más constante”, dice el párroco.
Agrega que los pocos servidores que están activos siguen como esperando una respuesta de la Arquidiócesis.
“La respuesta soy yo”, afirma el padre Arauz.
La parroquia del Sagrado Corazón está en una de las regiones más bonitas del condado de Marín en el pueblo de Olema, un lugar campestre rodeado de fincas ganaderas y a pocas millas de lugares turísticos en la costa.
El silencio y la belleza escénica son recursos apreciables para una jornada de oración, retiro de clérigos, de matrimonios o de jóvenes y para otras actividades pastorales en las cuales estos factores favorecen.
Sin embargo el cambio constante de sacerdotes en esta parroquia en los últimos años impidió que “se estableciera un sistema pastoral y administrativo para construir comunidad y reunir fondos”, dijo el padre Arauz.
Entre los planes para el 2020, el padre Arauz espera poder construir un comité hispano con representación en el consejo parroquial que trabajen juntos las comunidades anglo e hispanohablantes. Y aprovecha el apoyo de fieles de otras parroquias vecinas para desarrollar eventos que le permita conseguir recursos para los gastos.
Tres eventos grandes este año pueden generar los recursos para mantener la iglesia abierta: El primero es una cena y baile a finales de marzo con motivo de la fiesta de St. Patrick, luego una kermés durante la Pascua y un picnic en octubre.
Con estos eventos, el padre Arauz espera poder pagar el salario del personal de la oficina, cubrir los gastos de mantenimiento de la iglesia y contribuir con la campaña anual arquidiocesana AAA, (Annual Archdiocesan Appeal).
En cuanto al trabajo pastoral, el padre Arauz, abrió las puertas para que la comunidad celebre la hora de adoración al Santísimo los primeros viernes de cada mes de seis a siete de la noche y continúa celebrando las misas en inglés y español y los sacramentos.
Alma Pech, parroquiana de Nuestra Señora de Loreto en Novato y delegada del V Encuentro junto a un grupo de fieles de su iglesia, le ayudan al padre Arauz para que pueda mantener Sagrado Corazón sirviendo a la comunidad de Olema.
“Le ayudamos a organizar la fiesta de la Virgen de Guadalupe en diciembre, le ayudamos económicamente y con comida para que pueda tener viva la parroquia”, dice Pech.
A Pech le da gusto que la comunidad hispana de Loreto esté ayudando. “Aunque tengamos nuestra propia parroquia lo ayudamos (al padre Arauz) para que pueda tener la parroquia abierta y la gente pueda tener misa”, dice.
La pastoral hispana de Loreto están planeando alquilar los salones de la iglesia Sagrado Corazón para los retiros. Y las quinceañeras y bodas que no pueden atender en Loreto les recomiendan ir a Olema. “El lugar es auténtico para encontrarse con Dios en un retiro”, afirma Pech.
Guadalupe Hernández, una parroquiana del Sagrado Corazón desde hace 20 años, vive en Point Reyes a solo dos millas de la iglesia del Sagrado Corazón. Ella solo puede ir a la misa de los sábados a las siete de la noche en Olema porque tiene un hijo con parálisis cerebral severa y el sábado en la noche es
el único día que tiene quien se lo cuide.
“Sagrado Corazón es la única parroquia cerca”, dice Hernández. Si esta iglesia no estuviera sirviendo con las misas y los sacramentos, ella no podría asistir a misa, porque las otras dos iglesias cercanas están a 20 minutos de su casa.
Sagrado Corazón ha sido su parroquia desde que vino con su esposo de Puebla, México en el año 2000, aquí “han recibido los sacramentos mis hijos”, comparte ella.
Esta parroquiana del Sagrado Corazón recuerda que durante los años que estuvo de párroco el padre Jon J. (Jack) O´Neill, la iglesia se llenaba, con los fieles de la comunidad anglo y también los hispanos. “Desde que el padre O´Neill se fue, bajó la asistencia” comenta.
Hernández cree que todavía hay católicos hispanos en los alrededores de Olema porque para la fiesta de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre la iglesia se llenó.
Pero ahora que pocos parroquianos están llegando a las misas es difícil la recaudación de fondos, “si se hace comida para vender después de las misas, pues no hay quien la compre”, dice Hernández.