Es conocido que Jesús enseñaba con parábolas y que una
parábola es una comparación. El comparaba las cosas del
reinado de Dios que no son tan evidentes, con las cosas de la
vida que el pueblo conoce bien. En su manera de enseñar se
pone de manifiesto que conocía muy bien la vida del pueblo y
las cosas que interesan a Dios.
El relato es una forma literaria que invita a pensar para
descubrir qué es lo que se quiere comunicar. Jesús hablaba
de Dios no con discursos abstractos, sino con parábolas; narraciones breves tomadas de la vida cotidiana.
Este año el papa Francisco ha dedicado el mensaje para la
Jornada Mundial de las Comunicaciones al tema de la
narración. Como se sabe, el eje teórico de la comunicación
alinea tres polos sin los cuales es imposible transmisión
alguna: La lectura histórico-crítica se orienta hacia el polo del autor (emisor/perceptor), intentando saber qué
tradiciones recogió y cómo las transmitió e interpretó. La lectura semiótica se dirige al texto y examina sus códigos
de comunicación; es el mensaje lo que le interesa. El análisis narrativo se orienta de forma prioritaria, no hacia el
autor, ni hacia el mensaje, sino hacia el efecto del relato sobre el lector o lectora. Contar no es solo transmitir, sino
construir un mundo con sus códigos.
El título de este mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones es “Para que puedas contar y grabar en la
memoria”, y está tomado del libro del Éxodo (Ex 10,2), relato bíblico fundamental en el que Dios interviene en la
historia de su pueblo. Israel tendrá que mantener vivo el recuerdo de su procedencia, de su pasado de opresión y
esclavitud en Egipto, donde el único que se acordó de ellos y que escuchó sus clamores fue el Señor.
Para el obispo de Roma es necesario cultivar y difundir las buenas historias “historias que construyan, no que
destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos […] Una narración que
sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que
revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros”.
El papa Francisco critica que, en los actuales telares de la comunicación, a menudo “se fabrican historias
destructivas y provocadoras, que desgastan y rompen los hilos frágiles de la convivencia”. Y de inmediato explica
las formas: “Recopilando información no contrastada, repitiendo discursos triviales y falsamente persuasivos,
hostigando con proclamas de odio…”.
El Papa habla de la necesidad de volver a las narraciones que posibiliten sabiduría, valor, paciencia y
discernimiento. Sabiduría, “para recibir y crear relatos bellos, verdaderos y buenos”. Valor, “para rechazar los que
son falsos y malvados”. Paciencia y discernimiento, “para redescubrir historias que nos ayuden a no perder el hilo
entre las muchas laceraciones de hoy; historias que saquen a la luz la verdad de lo que somos, incluso en la
heroicidad ignorada de la vida cotidiana”.
Finalmente, el Papa exhorta a compartir historias que huelen a Evangelio porque dan testimonio del amor que
transforma la vida. Señala que esas historias debemos “contarlas y hacerlas vivir en todas las épocas, con todos
los lenguajes y por todos los medios”.
Ayala es profesor del Instituto Hispano de la Escuela Jesuita de Teología en la Universidad Santa Clara y de la Escuela de Pastoral Hispana de la Arquidiócesis de San Francisco.