14 de diciembre del 2020
El arzobispo Salvatore J. Cordileone de la Arquidiócesis de San Francisco emitió hoy un comunicado que dice “los pastores de la Iglesia y los católicos laicos que son prominentes en la vida pública no deben apoyar causas que violen las enseñanzas fundamentales de la fe”. El mensaje completo a continuación.
En un artículo reciente publicado en First Things (https://www.firstthings.com/web-exclusives/2020/12/mr-biden-and-the-matter-of-scandal), el arzobispo Charles Chaput, arzobispo emérito de Filadelfia, proporcionó una valiosa aclaración sobre algunos principios morales y doctrinales fundamentales que se están cuestionando en nuestro propio tiempo, a saber, el mal extremadamente grave del aborto, la enseñanza constante de la Iglesia Católica sobre la dignidad al recibir la Sagrada Comunión y la responsabilidad de los católicos en la vida pública.
Además del memorándum de julio de 2004 de la Congregación para la Doctrina de la Fe(Dignidad para recibir la Sagrada Comunión: Principios generales) y el Catecismo de la Iglesia Católica que cita en su artículo, los propios obispos de Estados Unidos reafirmaron estas enseñanzas atemporales en su propia carta pastoral de 2006, “‘Dichosos los invitados a la cena del Señor’: Sobre la preparación para recibir dignamente a Cristo en la Eucaristía.”
No puedo estar más de acuerdo con el Arzobispo Chaput cuando dice: “Este no es un asunto ‘político’, y aquellos que lo describirían como tal son ignorantes o confunden deliberadamente el tema. Se trata de la responsabilidad única de los obispos ante el Señor por la integridad de los sacramentos”. Especialmente convincente es la situación de los católicos que son prominentes en la vida pública, precisamente por la gran influencia que tienen en la configuración de las actitudes culturales y los valores morales de nuestra sociedad. Es una causa de no poco escándalo cuando tales personas profesan ser católicos observantes mientras defienden causas que violan directamente la dignidad inherente a la vida humana, una de las verdades naturales fundamentales integrales a las enseñanzas centrales de la fe católica.
Rezo para que el artículo oportuno y reflexivo del Arzobispo Chaput motive una discusión y resolución más franca y honesta de estos temas entre los pastores de la Iglesia y los católicos laicos que son prominentes en la vida pública en nuestro país.