La foto del papa Francisco se ve en la portada de la encíclica sobre el medio ambiente, “Sobre el Cuidado de la Casa
Común, Laudato Si” publicada en el Vaticano en junio del
2018. (Foto cns/Cortesí de la Conferencia de Obispos Católicos).
21 de enero 2020
Junno Arocho Esteves
Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO - El anuncio del papa Francisco
que el Catecismo de la Iglesia Católica sería actualizado para incluir una definición de "pecado ecológico",
creó un alboroto entre los católicos en la red social Twitter.
Las reacciones van desde elogios, por la seriedad con la que la Iglesia asume la obligación de cuidar la
creación, hasta el cinismo —o incluso la indignación— por la participación de la Iglesia en lo que muchos
consideran un tema muy politizado.
Esto de "crear un pecado" es absurdo tuiteó una persona.
Otro tuit argumentó que "dañar a las personas es un pecado, pero no dañar el hogar común como si el
medioambiente fuera un ser".
El pecado ecológico se discutió extensamente durante el Sínodo de los Obispos para la Amazonía en
octubre y varios miembros del sínodo le pidieron a la Iglesia que profundice su teología de modo que
ayude a la gente a reconocer tales pecados.
En su documento final, los miembros del sínodo propusieron que la Iglesia defina el pecado ecológico
como "un acto de comisión u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el medioambiente".
Casi tres semanas después del sínodo, el papa Francisco le dijo a los miembros de la Asociación
Internacional de Derecho Penal que había planes de incluir una definición de pecado ecológico en el
Catecismo de la Iglesia Católica.
El universo de Twitter a menudo reacciona a las noticias con sarcasmo y la mención del "pecado ecológico"
no fue la excepción. Un tuitero asumió que un cambio en el catecismo significaría considerar "cuántos
cuadrados adicionales de papel higiénico puede usar un católico antes de que se convierta en pecado".
La teóloga Celia Deane-Drummond, directora del Instituto de Investigación Laudato Si (Alabado Seas) con
sede en el Reino Unido, le dijo a Catholic News Service (CNS) en noviembre pasado que los pecados
ecológicos "son en un sentido simples de entender, pero en otro sentido complejos, ya que están entre la
categoría de maldad natural y maldad moral".
"Los desastres naturales que ocurren, por ejemplo, con mayor frecuencia debido al cambio climático,
pueden atribuirse —al menos en parte— a la actividad humana", dijo Deane-Drummond.
Mientras que algunos consideran que los pecados contra la creación en general no se pueden comparar
con los pecados contra seres humanos, Deane-Drummond dijo que los pecados ecológicos "unen el
sufrimiento humano con los de otras criaturas", basándose teológicamente "en una doctrina de la
creación".
"La historia del Génesis retrata la caída de la humanidad como un colapso de las relaciones entre Dios,
unos con otros y el mundo natural. Todo, como el papa Francisco ha dicho docenas de veces, está
interconectado", dijo la teóloga a Catholic News Service.
"Por lo tanto, que los pecados ecológicos formen parte de lo que significa pecar no es sorprendente y va
completamente a tono con muchos siglos de pensamiento cristiano", agregó. "Esto es, daño directo e
indirecto a otras criaturas y otras personas relacionadas con nuestras actividades humanas".