El padre John De La Riva, rector del Santuario Nacional de San Francisco de Asís en la ciudad de San Francisco, levanta sus manos durante la homilía del servicio conocido por los franciscanos como el “Tránsito”, conmemorado el 3 de octubre.
11 de octubre de 2019
Lorena Rojas
La fiesta de San Francisco de Asís, el santo patrón de la ciudad de San Francisco se celebra el 4 de octubre, pero los franciscanos conmemoran con gran solemnidad, respeto y gratitud la noche del 3 de octubre con un servicio conocido como el “Tránsito”, el paso de San Francisco a la vida eterna.
La celebración del “Tránsito” tuvo lugar en la Porciúncula, - una réplica de la pequeña iglesia a la cual asistía San Francisco, en la ciudad de Asís en Italia, ubicada al lado del Santuario Nacional de San Francisco de Asís en la calle Vallejo en San Francisco.
El servicio comienza con la lectura del Testamento de San Francisco, luego cantan himnos franciscanos y el salmo 142 que rezara el santo en los últimos momentos de su vida. El serivicio incluye el Evangelio y una homilía, después la veneración de la reliquia de san Francisco y la bendición final.
Todos los servicios de esa noche de conmemoración de la muerte de san Francisco: La oración, la misa y el servicio del “Tránsito” fueron presididos por el rector del Santuario Nacional de San Francisco de Asís en San Francisco, el padre John De La Riva.
El rector del Santuario Nacional enfocó su mensaje, durante el “Tránsito” en la espiritualidad del santo patrón de la ciudad de San Francisco, recordando su legado de humildad y servicio por los desamparados y resaltando estos valores como el camino para alcanzar la paz en esta vida.
“Hay muchos que se sienten incómodos con la desafortunada situación de las personas desamparadas que están en las aceras, y vuelven la mirada hacia otro lados porque no quieren ni mirarlos a los ojos”, dijo el padre De La Riva durante la homilía.
Pero, llamó la atención a seguir el ejemplo de san Francisco de Asís en cuanto al cuidado de los más necesitados. La responsabilidad es de todos para con los más desafortunados. “Necesitamos reconectarnos con la humanidad que cría sentido de responsabilidad sobre esa situación (los desamparados) que nos pertenece a todos nosotros”, predicó.
San Francisco de Asís murió en 1226 dejando tres grupos en Orden Franciscana: la primera orden de los frailes menores y hermanos capuchinos, la segunda orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara y la tercera orden de los hombres y mujeres casados o seglar.
Los franciscanos en todo el mundo conmemoran el día 3 de octubre con devoción y respeto como si estuvieran presenciando el funeral.
Alejandra Castro, una salvadoreña parroquiana de la iglesia San Antonio, pertenece desde hace 10 años a la tercera orden o terciarios de la orden franciscana, ella todos los años participa en el servicio del “Transito”.
Para Castro, el servicio es muy significativo, como lo es seguir la espiritualidad de san Francisco. “es duro seguir el ejemplo de san Francisco, nosotros lo intentamos, pero estamos muy lejos de llegar a ser lo que debemos ser de acuerdo a su enseñanza”, dice.
La vida de san Francisco es algo muy profundo, porque lo que él hizo después de su conversión fue “aceptar el Evangelio con toda la fuerza”, concluye Alejandra Castro.