(Foto Lorena Rojas/San Francisco Católico)
17 de enero de 2020
ARACELI MARTÍNEZ
Del 5 al 11 de enero, la Iglesia Católica celebró la Semana Nacional de Migración 2020 cuyo lema fue “Promover una Iglesia
y un Mundo para Todos”, el cual refleja la necesidad de que los
católicos sean incluyentes y den la bienvenida a todos.
“La Semana Nacional de Migración es una oportunidad para que
la Iglesia se una en oración y viva la visión del Santo Padre que da
la bienvenida a los inmigrantes y refugiados en nuestras comunidades, y proporcionarles las oportunidades que los ayuden a ellos y a todas las personas de buena
voluntad a prosperar”, dijo el obispo auxiliar de Washington Mario E. Dorsonville, presidente del Comité de
Migración de la Conferencia de Obispos Católicos.
“Como un principio fundador de nuestro país, siempre hemos dado la bienvenida a las poblaciones de
inmigrantes y refugiados, y a través de los servicios sociales y buenas obras de la Iglesia, hemos
acompañado a nuestros hermanos y hermanas en su integración a la vida diaria de los Estados Unidos”,
afirmó.
La Semana Nacional de Migración ha sido celebrada en los Estados Unidos por casi medio siglo, para
destacar la problemática que enfrentan los inmigrantes y refugiados y para unirse en oración por ellos.
Marleni Quintano, una devota católica que sirve en el comité de Justicia Social de la parroquia de San Kevin
de San Francisco, emigró hace 24 años de Honduras, comparte las experiencias que afectan a los
inmigrantes miembros de su parroquia.
“A nuestra parroquia acuden muchos inmigrantes mexicanos, salvadoreños y hondureños sobre todo.
Ahorita sus preocupaciones tienen que ver con las redadas, y las leyes que el presidente ha llevado al
límite. La gente tiene miedo a ser detenida y separada de su familia”, dijo Marleni.
“Por eso es importante que en las homilías, los inmigrantes y quienes han venido en las caravanas de
Centroamérica escuchen cómo el Evangelio se relaciona con sus experiencias; y que nos ayudemos unos a
otros”, comentó.
Ella hizo ver que es importante que las parroquias de la Arquidiócesis de San Francisco hagan más por los
inmigrantes y refugiados recién llegados. “Tenemos que apoyarlos, escucharlos, conectarnos con ellos y
referirlos a los servicios que necesitan. Debemos hacernos más visibles como Iglesia y como cristianos
para que sientan que estamos con ellos”, mencionó.
De acuerdo a la organización “Justice for Immigrants” (Justicia para Inmigrantes) de la Conferencia de
Obispos Católicos de los Estados Unidos, “cada una de nuestras familias tiene una historia de inmigración,
algunas más recientes y otras más distantes”, aseguran que sin importar de dónde hayamos venido, somos
parte de la familia humana y llamados a vivir en solidaridad unos con otros.
La organización asevera en un comunicado que “desafortunadamente en nuestra cultura contemporánea,
con frecuencia fallamos en reconocer a los inmigrantes como personas, y en lugar de eso los vemos como
desconocidos”.
“No tomamos el tiempo para relacionarnos con ellos de una manera importante como hijos de Dios sino
que permanecemos indiferentes a su presencia, sospechosos y con miedo de ellos”, dice el comunicado.
José Blas Ramos, un inmigrante de Honduras amparado con el Estatus de Protección Temporal (TPS), cuyo
vencimiento está programado para el 4 de enero del 2021, dijo que le gustaría recordar a los obispos
católicos en esta Semana Nacional de Migración, que hicieran un llamado a los senadores para que
apoyaran la propuesta de ley H.R.6 que les ofrecería un camino a la residencia.
“Qué nos echen una mano. Estamos luchando por un patrocinador en el Senado para que esa medida sea
escuchada. De no ser por ese proyecto de ley, no tenemos ninguna otra posibilidad de arreglar nuestro
estatus migratorio”, comentó Blas quien durante muchos años asistió a la iglesia de San Kevin, pero que
debido al alto costo de la vivienda en San Francisco tuvo que mudarse al este de la Bahía.
José Blas lleva 22 años amparado con el TPS y un permiso de trabajo. "Este año es crucial para nosotros.
Hemos dado el 100 por ciento como inmigrantes, pagado impuestos y aportando al Seguro Social. Muchos
“TPSianos” han tenido hijos ya en este país, por eso necesitamos el apoyo de la Iglesia Católica. Ya
mandamos a una comitiva de niños a hablar con el papa Francisco en 2018”, dijo.
Cristina Morales, una inmigrante de El Salvador amparada por el TPS, emigró a los 12 años de El Salvador.
En el 2001 se amparó con el TPS. Ella asiste a la parroquia de San Rafael Arcángel en el condado de Marín.
Su hija Crista Ramos, de casi 16 años, nacida en los Estados Unidos fue en la comitiva de niños para ver al
papa Francisco y pedirle su intercesión para que este programa no desaparezca.
Cristina dijo que le gustaría que la Iglesia Católica fuera más sensible con las familias inmigrantes en estos
tiempos tan difíciles. “No con ataques políticos sino con un mensaje de unión familiar, compasión, amor,
dignidad y respeto hacia el inmigrante”, dijo.
La Iglesia Católica apoya las iniciativas de los inmigrantes a través del Comité de Migración de la
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB). Sobre este tema, el 15 de marzo del 2019
el obispo Joe S. Vásquez, presidente del Comité de Migración de la USCCB escribió una carta a los
representantes pidiendo “urge que ustedes apoyen la H.R. 6 ‘American Dream and Promise Act of 2019”.