El miércoles 22 de enero es el día designado por la Iglesia como “Día de oración por la protección legal de los niños no nacidos”. En todas las diócesis de los Estados Unidos debe guardarse este día como un día de reparación y penitencia para que se garantice los derechos legales de la vida y contra las violaciones a la dignidad de la persona humana, cometidas a través del aborto.