El papa Francisco se por primera vez en el balcón de la Basílica San Pedro en el Vaticano el 13 de marzo del 2013. (FOTO CNS/PAUL HARING)
Marzo 24, 2019
Cindy Wooden
Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO – Los católicos no deben “descargar” la culpa de la crisis del abuso sexual y decir que le pertenece a “los que nos precedieron y presentarnos como ‘puros’”, dijo el director la línea editorial de las comunicaciones vaticanas.
La Iglesia hoy debe pedirle a Dios que la libre del mal, dijo Andrea Tornielli, editor en jefe del Dicasterio de Comunicaciones.
En la víspera del sexto aniversario del pontificado del papa Francisco, quien fue elegido el 13 de marzo de 2013, Tornielli ofreció un breve resumen del reciente año del Papa, concentrándose en concreto en su petición de que los católicos recen el rosario en octubre, pidiendo protección para la Iglesia contra los ataques del demonio.
El resumen de Tornielli habló sobre el Sínodo de obispos sobre los jóvenes, sobre la cumbre vaticana de protección de menores y sobre el abuso sexual por parte de clérigos y los viajes del papa al extranjero.
Pero el artículo publicado en Vatican News el 12 de marzo también menciono “el resurgimiento del escándalo de los abusos y las divisiones internas que llevaron el pasado mes de agosto al ex nuncio Carlo María Viganó” a pedir públicamente la dimisión del Papa “por la gestión del caso McCarrick”, una referencia al entonces cardenal estadounidense Theodore McMarrick acusado de delitos sexuales.
Ante el caso de McCarrick y la carta del arzobispo Viganó, dijo, el papa pide “a todos los fieles del mundo que rezaran el rosario todos los días, durante todo el mes mariano de octubre”, para unirse “en comunión y penitencia, como pueblo de Dios, pidiendo a la Santa Madre de Dios y a San Miguel Arcángel que protejan a la Iglesia del demonio, que siempre quiere separarnos de Dios y entre nosotros”.
“Una petición tan detallada no tiene precedentes en la historia reciente de la Iglesia”, dijo Tornielli.
La petición del Papa demostraba la consciencia de la “gravedad de la situación”, pero también la convicción de que los esfuerzos humanos por sí mismos no remediarían la situación.
“La iglesia no está formada por superhéroes (ni siquiera superpapas) y no sigue adelante en virtud de sus recursos humanos o estrategias”, escribió Tornielli.
La Iglesia Católica sabe que el mal está presente en el mundo, que el pecado original existe y que, para salvarnos, “necesitamos la ayuda de lo alto”, dijo. “Repetirlo no significa disminuir las responsabilidades personales de los individuos y las de la institución, sino situarlas en su contexto real”.
Sin mencionar informes que culpan en mayor parte la negligencia de no haber manejado los casos el abuso adecuadamente hace 20 años, señalando a san Juan Pablo II y los cardenales más cercanos a éste – dijo Tornielli, “sería un error ‘descargar’ la culpa sobre los que nos precedieron y presentarnos como ‘puros’”.
Hoy y siempre, dijo, la iglesia “debe pedir a Dios que la libere del mal. Un hecho de realidad que el papa, en continuidad con sus predecesores, ha recordado constantemente”.
Reconociendo que el año pasado ha sido “turbulento” para el papa Francisco, Tornielli insistió en que el papa tiene razón en insistir en normas más eficaces, en la responsabilidad y la transparencia, pero también hay darse cuenta de que todo esto no será suficiente para terminar con la crisis.