Zulma Téllez habla durante una reunión del V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana en Grapevine, Texas en septiembre del 2020. (Foto Lorena Rojas/San Francisco Católico).
5 de abril del 2020
Lorena Rojas
Zulma Téllez, asistente administrativa en la iglesia San Bonifacio en el Tenderloin y directora espiritual certificada por el Centro de la Misericordia en Burligame está tomando el tema de la salud mental muy en serio. Sobre todo por los muchos casos de ansiedad que viven algunos de los miembros de su comunidad parroquial.
El estado de cuarentena de muchos de los parroquianos es dramático, algunas familias viven hasta seis en un estudio.
Personas que cuyas vidas en tiempos normales son muy activas en la parroquia y en sus trabajos, ahora debido al aislamiento en sus pequeñas viviendas y al desempleo, están experimentando frustración, ganas de llorar y otros síntomas, compartió Téllez.
“Yo trato de darles ayuda espiritual. Por eso creamos un grupo con la aplicación Zoom para apoyarnos a través de la oración. Si lo que necesitan es ayuda material, les consigo tarjetas para comida de la Sociedad de San Vicente de Paul y ellos me responden muy rápido cuando les pido ayuda para alguien, pero si la necesidad es relacionada a problemas de ansiedad o depresión les recomiendo que llamen a su doctor”, dijo.
Desde antes de la pandemia “llegan muchos jóvenes con problemas de intento de suicidio. Jóvenes de 16 a 25 años que me los traen para ayuda espiritual, yo los refiero con un terapeuta y les ayudo espiritualmente en lo que pueda, comentó Téllez.
La ansiedad también crece entre los hispanos de Half Moon Bay sobre todo por el desempleo, dijo Belinda Hernández Arriaga profesora Asociada de la Universidad de San Francisco y fundadora de la organización sin fines de lucro Ayudando Latinos a Soñar (ALAS).
ALAS presta servicios gratuitos de ayuda psicológica en su clínica en Half Moon Bay. En este momento que la oficina está cerrada por la orden de quedarse en casa, la organización ofrece un programa de videollamadas para continuar ayudando debido al aumento de personas con ansiedad y depresión, dijo Hernández Arriaga.
El programa da consejería individual y gratuita a las personas que tienen síntomas de ansiedad, depresión y especialmente a quienes tienen pensamientos suicidas debido al encierro obligatorio o por haber perdido sus trabajos.
“A través de videollamadas “estamos escuchando mucho la preocupación de las personas por la pérdida del trabajo o porque los niños no están en sus rutinas diarias. Escuchamos a muchas personas preocupadas por sus seres queridos que están en México, por su salud y por la economía en general y todo esto está generando muchos estrés”, dijo Hernández Arriaga.
“Para el latino, el ser trabajador es parte de su idiosincrasia, es un orgullo trabajar duro para sostener a sus familias e impulsar la economía del país, por lo que la crisis de desempleo que ha empujado la pandemia del COVID-19 está mostrando más casos de ansiedad y depresión en esta comunidad”, agregó ella.
Debido a su experiencia de 22 años en trabajo social clínico con la comunidad latina, y por la demanda de consejería en los últimos días, ha visto que la comunidad latina en Half Moon Bay está sufriendo de manera doble la crisis de salud mental, lo que conlleva problemas de salud física como hipertensión y trastornos en la alimentación entre otros, dijo Hernández Arriaga.
“Como lo he dicho muchas veces, la gente latina que atendemos en la zona de la costa desde Montara hasta Half Moon Bay ya estaba estresada con todo lo que ha estado pasando sobre la migración. Ahora con el coronavirus y la pérdida de los empleos, es como una bomba emocional”, dijo Hernández Arriaga lamentando que todo esto sucede a pesar que tan solo ha transcurrido un mes de la crisis.
Para hacer frente al cambio drástico en el estilo de vida de todas las personas, “mi primer consejo es que no se aíslen porque la mente siente doble la preocupación”, dijo Hernández Arriaga aclarando que existe una diferencia entre estar en cuarentena y estar aislado.
Aunque las personas no puedan salir, pueden estar haciendo llamadas a organizaciones que tienen programas de asistencia.
“Hay mucha ayuda afuera por parte de las agencias”, dijo.
Para evitar el aislamiento Hernández Arriaga recomienda los grupos de apoyo, grupos de oración en línea o por teléfono, escuchar música, entretenerse en familia con juegos y distracción adentro de la casa.
Es muy importante hacer ejercicios de respiración para ayudar a que la sustancia química llamada endorfina pueda correr en la sangre.
La endorfina está en el cuerpo humano y ayuda a la gente a sentirse bien y manejar situaciones de dolor, pero esa sustancia hay que estimularla, y una forma es a través de los ejercicios de respiración, aconsejó Hernández Arriaga.
Hernández Arriaga también hace una advertencia acerca de algunos signos en el comportamiento que las personas que deben vigilar. “Si se pierde el interés de participar en conversaciones, si no se preocupan por lo que está pasando, no quieren salir del dormitorio o pierden el apetito. Aún más serio, si las personas hacen comentarios como que no quieren vivir, estos son síntomas de enfermedad mental y deben de buscar”, dijo.
Las clínicas de salud del condado de San Mateo están atendiendo a sus pacientes a distancia. Las personas pueden llamar a su doctor y él los refiere para consejería psicológica si lo necesitan. También la Clínica La Raza ofrece ayuda de salud mental por teléfono, dijo Hernández Arriaga.
En la carta pastoral de mayo del 2018 los obispos de California declararon que “la salud mental forma parte fundamental del bienestar. Por lo tanto, servir a las personas que sufren de alguna enfermedad mental es parte esencial de los cuidados pastorales de la Iglesia”.
Los obispos de California en su documento recuerdan que “Cristo nos llama a atender a las personas que sufren enfermedades mentales y a proveer esperanza y sanación” y también animan a los afectados y familiares a recibir el apoyo profesional y no aislarse, porque “las personas que padecen alguna enfermedad mental a menudo sufren en silencio, ocultas y sin ser reconocidas por los demás”, dice el documento.
La Arquidiócesis de San Francisco anunció el año pasado el lanzamiento de un programa de salud mental para las parroquias que quisieran incorporarlo, con una red de recursos que van desde la oración hasta conectar a las personas con profesionales locales.
“Este es un tema del que necesitamos hablar seriamente y ver cómo llegamos a las personas y familias que requieren apoyo…”, dijo Richard Collyer, gerente del proyecto de salud mental de la Arquidiócesis de San
Francisco en una entrevista con el San Francisco Católico en julio del 2019.