6 de julio del 2020
Junno Arocho Esteves
Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO -- Documentos encontrados en los archivos recientemente abiertos del pontificado del papa Pío XII revelaron acusaciones de abuso sexual y abuso de poder contra el fundador del movimiento de Schonstatt, el padre Joseph Kentenich.
Los informes de la visita apostólica realizada a principios de la década de 1950, escrita por el jesuita holandés padre Sebastiaan Tromp, fueron dados a conocer por la historiadora alemana Alexandra von Teuffenbach el 2 de julio, después de que escribió una carta sobre su descubrimiento al periódico alemán Die Tagespost y al periodista italiano Sandro Magister.
Von Teuffenbach, ex profesora de Historia de la iglesia en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum de Roma, dijo que los testimonios, cartas, y conversaciones que el padre Tromp tuvo con miembros de las Hermanas de María de Schonstatt, así como con el padre Kentenich, revelaron "una situación de subyugación total de las monjas, que estuvo cubierta, de cierto modo, por una especie de estructura familiar aplicada al trabajo".
"Kentenich era el 'padre', el fundador con poder absoluto, a menudo comparado con Dios", escribió von Teuffenbach a Magister. "Tanto así, que en muchas expresiones y oraciones no está claro si estas están siendo dirigidas a Dios el Padre o al fundador mismo".
El comportamiento del fundador de Schonstatt, agregó von Teuffenbach, es "un ejemplo evidente de lo que el papa Francisco probablemente quiere decir cuando habla de clericalismo: cuando el padre y fundador de una obra se establece como el propietario de las monjas, en alma y cuerpo".
La historiadora alemana también elogió al padre Tromp, así como a la Curia romana bajo el mando del papa Pío XII, y señaló que los documentos revelaron una "búsqueda asidua y meticulosa de la verdad" durante la investigación.
El movimiento de Schonstatt fue fundado en Alemania en 1914 por el padre Kentenich como una forma de "ayudar a renovar la Iglesia y la sociedad en el espíritu del Evangelio" y está presente en más de 100 países alrededor del mundo, según dice el sitio web del movimiento. Schonstatt incluye sacerdotes, monjas, y miembros laicos.
El proceso de beatificación del padre Kentenich se abrió siete años después de su muerte en 1968.
El día antes de que se publicara el artículo de Die Tagespost sobre los hallazgos de von Teuffenbach, el padre Juan Pablo Catoggio, superior general del movimiento de Schonstatt, emitió un comunicado reconociendo la visita del padre Tromp en 1950 y las acusaciones contra el padre Kentenich, "que condujeron al fundador a un exilio de 14 años" en Wisconsin.
Sin embargo, señaló el padre Catoggio, "estos temas fueron discutidos y aclarados durante el proceso de beatificación abierto en 1975" y todos los documentos relacionados con las acusaciones fueron "puestos a disposición de las autoridades eclesiásticas competentes".
"Si las dudas sobre la integridad moral del fundador de Schonstatt hubieran permanecido, su exilio no habría terminado y el Vaticano no habría publicado un 'nihil obstat' ('ninguna objeción') para abrir su proceso de beatificación", dijo.
Hablando por teléfono con Catholic News Service el 2 de julio, von Teuffenbach dijo que decidió dar a conocer los hallazgos del padre Tromp con la esperanza de "que se diga la verdad".
"Tenemos en el Evangelio ese versículo que dice: 'la verdad nos hará libres'", acotó.
Von Teuffenbach dijo a CNS que su intención de dar a conocer los detalles de la visita no tenía la intención de "lastimar a Schonstatt, porque hace muchas cosas buenas".
"Espero que esto no haga daño a Schonstatt, sino más bien sea una vía para que Schonstatt pueda tener un nuevo comienzo: no venerando a una persona de este tipo, sino haciendo cosas positivas", señaló.
Sin embargo, continuó von Teuffenbach, la revelación de acusaciones contra el padre Kentenich por parte de un visitante designado por el Vaticano debería significar que "no es posible beatificar a una persona que no solo cometió abuso sexual sino también abuso de poder".
"Debe haber un proceso necesario porque no puede continuar de esta manera", dijo la historiadora a CNS. "Lo que ellos (Schonstatt) han hecho es crear una veneración basada en una mentira, en una falsedad. Y no me gusta esto. No puede funcionar" de esta manera.