El arzobispo Cordileone, durante una conferencia de Inmigración en la Universidad Santa Clara, en Santa Clara, el 13 de marzo. (FOTO LORENA ROJAS/SAN FRANCISCO CATÓLICO)
Marzo 24, 2019
Lorena Rojas
Durante una serie de conferencias en la Universidad de Santa Clara, organizadas por el Centro de Estudios del Migrante y la Diócesis de San José, California, el arzobispo de San Francisco, Salvatore J. Cordileone comenzó su disertación citando al papa Francisco “cada inmigrante tiene un nombre, un rostro y una historia”.
Un nombre como el de Hugo Mejía, un inmigrante mexicano a quien el Arzobispo acompañó y a su familia, en los momentos difíciles, Hugo también tiene un rostro que su familia, compañeros y miembros de la comunidad conocen. Y tiene una historia narrada ante un juez de migración, en un centro de detención de inmigrantes.
“cuando personalmente conocí a Hugo Mejía y su familia hace cerca de un año Hugo Mejía iba a trabajar en la construcción …, él y su compañero de trabajo fueron detenidos y puestos en un centro de detención de migrantes a cien millas de distancia”, narró el arzobispo Cordileone a un grupo de líderes de migración que asistieron a las conferencia del Centro de Estudios para los Migrantes, en la Universidad de Santa Clara del 11 -13 de marzo.
“Recé por Hugo y su familia” compartió el Arzobispo y lamentó lo que esa familia migrante estaba viviendo por la separación”… Durante la visita del Arzobispo a la familia de Hugo en su casa, “Hugo llamó desde el centro de detención de migración donde estaba, separado de esposa y sus tres hijos, y vi que importante era él para la familia, dijo.
Y continúo narrando que “para la audiencia de Hugo con un juez, quien determinaría la situación de él, yo fui uno de los pocos invitados junto con su familia a estar en la sala de la audiencia”, dijo.
“Durante la audiencia yo estuve orando en silencio todo el tiempo”, al final “el juez determinó liberarlo”, dijo el líder de la Iglesia Católicas en San Francisco.
“como una semana más tarde yo visité la familia de Hugo de nuevo en su casa, en esta ocasión su padre estaba con ellos y la alegría de la familia por estar juntos se podía ver”.
La historia de Hugo es la realidad de muchas familias indocumentadas en este país, dijo Cordileone, y motivó a los presentes en la escuela de derecho de la USC para que mantengan la visión de bienvenida e integración del migrante como un ser humano con dignidad en la sociedad de Estados Unidos.
En el 2013 los obispos de la frontera entre Estados Unidos y México redactaron una carta pastoral financiera. Esa carta en el capítulo de los retos y de las respuestas le recomienda a los obispos, tres pasos para entender la pastoral migrante y actuar, son la conversión, comunión y la solidaridad.
La conversión, para cambiar los corazones y las mentes y tener conciencia de la dignidad de los migrantes, la comunión como una expresión de hospitalidad y la solidaridad para construir comunidades con justicia e integración, detalló el prelado.
El también mencionó en la conferencia, el documento del Vaticano con veinte puntos que se basan concretamente en abogar y comprometerse con los migrantes. Y se mueve en cuatro verbos para la práctica: Acoger, proteger, promover e integrar.
El arzobispo de Francisco también destacó la campaña del papa Francisco “Compartir el Camino”, basada en el encuentro de culturas. Y los recursos de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y la Agencia Católica de Ayuda CRS por sus siglas en inglés.
Sobre los migrantes hispanos en EE. UU. dijo que la mayoría de católicos abajo de 30 años (52%) en los EE.UU. son hispanos. Y resaltó el efecto que pudo ver de la comunidad hispana en el V Encuentro de Pastoral Hispana en septiembre del 2018, donde participaron más de 3.000 delegados, de 150 diócesis.
El aporte económico proveniente de la fuerza labor de extranjeros en los EE.UU. -aunque no es lo más importante para la Iglesia-, es una realidad que significa anualmente el 10% del PIB, dos trillones de dólares.
Para Adriana Guzmán, de Fe en Acción de San Mateo, el participar en las conferencias del Centro de Estudios para el Migrante le permitió, tras el trabajo en grupos con personas de otras diócesis, ver que están haciendo ellos para poder mejorar el servicio pastoral a los migrantes en San Francisco.
Ella piensa que debe mejorar la conexión de los líderes con los sacerdotes y los obispos. Destacó que el ministerio de migración no debe estar separado de otros ministerios de la pastoral social.
Ella siente que el mensaje del Arzobispo de dar la bienvenida a las familias migrantes es importante. “Eso nos motiva cuando nuestro guía nos da la bienvenida”, dijo.
El arzobispo Cordileone habla con un hombre al finalizar una conferencia en la Universidad Santa Clara, el 13 de marzo. (FOTO LORENA ROJAS/SAN FRANCISCO CATÓLICO)