7 de septiembre 2019
Lorena Rojas
El padre eudista Carlos Panesso un cantante profesional
de música salsa y otros ritmos latinos predicó por primera
vez en la Jornada de Adoración y Sanación de la Iglesia
San Antonio en Menlo Park, donde compartió con el
periódico San Francisco Católico, como se atrevió a dejar
el éxito artístico para responder al llamado de Dios y
como esta dedición ha afectado su vida y la de su mamá.
El padre Panesso, Colombiano de 32 años, ordenado
desde hace un año, es el actual director de la radio
católica Minuto de Dios en su país. Él ha sido y sigue
siendo seguidor de salseros como Tito Nieves, Niche y otros. También “me encanta el reguetón, entre otras
razones, también porque soy milenio”, dice el padre Panesso.
-¿Padre Carlos cuéntenos de su pasado artístico?
-Pues, vengo de una familia, que una parte es muy musical, tenemos en Colombia una orquesta que se
llama la Orquesta Saboreo y la orquesta tiene publicaciones muy populares en Colombia, con canciones
muy colombianas como “La vamos a Tumbar”.
Yo crecí, en esa familia musical y llegó un momento en que la música tiene como dos caminos, uno puede elegir ahorrar y tener una vida más tranquila o puede dedicarte a tomar y tener novias por todo lado. Yo elegí el segundo camino.
-¿O sea que usted se estaba portando mal?
-Me estaba portando muy mal. Digamos que ese fue el lugar donde Dios me miró, yo siempre digo Dios no mira a la gente perfecta, Dios mira la debilidad como el nicho donde Dios quiere manifestarse porque lo que Dios quiere es salvarte.
-¿Cómo fue que Dios se le manifestó?
-Tengo una prima que me dice, una prima más cansona que una piña debajo del brazo… intensa. Entonces me dice: Carlos te invito a un grupo de jóvenes y yo le digo: yo que voy a ir a ese grupo de jóvenes, no tengo nada que hacer en ese grupo de jóvenes. Entonces ella me dice: va a ir Liliana, una chica que ella sabía que a mí me gustaba, y entonces le dije: bueno yo voy. Estando en ese grupo tuve un encuentro con Dios. Siento que fui (al grupo) con mucha necesidad.
-¿Era un grupo carismático?
-Sí, era un grupo carismático.
-Bueno, allí había música que es lo que a usted le gustaba.
-Si. Eso me conectó también con Dios y siento que Dios utilizó esa necesidad que yo llevaba, como ese vacío existencial que lo quería llenar con la rumba, que lo quería llenar con el trago, que lo quería llenar con mujeres, lo llenó Dios con su amor. Aprovechó Dios y me llenó allí. Y empecé una vida, sin alejarme de la música porque cantar no es malo, es parte de la vida normal y del trabajo.
-¿Cuánto tiempo le llevó esa transición hasta decidir voy a cambiar mi vida?
-Mucho tiempo. Yo creo que por ahí de un año, año y medio me llevó. Mientras mi prima me dijo, mientras iba, regresaba, mientras Liliana me gustaba más.
-¿Entonces el tema estaba ahí entre Liliana y Dios?
-Si claro. Bueno era más que todo el muchacho que enamoraba, entonces Dios se vale de eso para darnos vida.
-¿Qué le dijo su familia?
-Mi mamá no quería, mi papá tampoco porque yo presenté audiciones en la última fase para entrar al grupo Niche, y pasé. Entonces era o el grupo Niche o irme al seminario que también había pasado. Antes, yo le había dicho a mi papá que quería estudiar piano en Rusia y papá me dijo: pues dile a la mamá de Tarzán que te lo pague (una forma de decir no) pero cuando se enteró que ya me iba a ir al seminario, entonces me llamó y me dijo: dime ¿cuánto cuesta? Te mandamos a Rusia, a Pekín a donde te dé la gana, pero no quiero que seas cura. Al final de cuentas yo me decidí por ser sacerdote. Fue una decisión muy dura. No fue fácil.
_ Porque la familia no quería- ¿Cuántos hermanos tiene usted?
-Yo tengo una hermana por parte de mamá y por parte de papá. Tengo un papá que ha tenido el carisma de la reproducción, tengo nueve hermanos más por parte de papá, todos somos diez.
-¿Después de un año de ordenado que piensan su papá y su mamá?
-Mi mamá era protestante. Mi mamá era pentecostal, y el día de mi ordenación mi mamá se convierte al catolicismo porque recibe a Jesús en la Eucaristía y siente que hay algo allí en ese pan, entonces ella me dice me conmoví, sentí algo ahí con la Eucaristía. ¿Qué es eso? Entonces, yo empecé a explicarle, es el Pan de Vida y ya empezó ella a cambiar a abrirse más. A ella no le gustaban los sacerdotes, no le gustaba nada de esto, pero cuando vio la Eucaristía sintió una presencia muy especial.
Mi papá, siempre ha sido como que no le interesa. Siempre me preguntaba qué iba a estudiar, que por qué no estudiaba otra cosa. Entonces, una cosa que yo aprendí fue a enseñarle a Dios a través del testimonio… yo creo que uno no tiene que agarrar a “bibliasos” a la gente, lo importante es mostrar a Dios.
-¿Entonces, para ser sacerdote no hay que nacer en una familia perfecta?
-No. Hay que escuchar a Dios. Es dejar que Dios te hable, él siempre está tocando la puerta, y cuando somos capaces de abrirle aunque sea un boquete, pues por ahí entrará él y robará el corazón de nosotros.
-Después de un año de ordenado ¿Qué dice?
-¡Estoy feliz! Y en tres meses sale mi primera producción, ya como sacerdote, un disco de música religiosa, pero tiene de todo, merengue, salsa, tiene adoración…Va a estar en Amazon… lo pueden buscar como padre Carlos.
-¿Usted trabaja con jóvenes?
-Si. En Medellín tenemos una comunidad de 700 jóvenes y con ellos hacemos un trabajo gigante. Hace poco tuvimos un congreso con casi 3.000 chicos de todas las ciudades cercanas, llegaron a Medellín a vivir la experiencia.