Lissette Galo del grupo de oración Cristo Rey de la Arquidiócesis de San Francisco, canta durante el 30. º Congreso de Renovación Carismática Católica en la iglesia San Antonio en San Francisco, el 13 de febrero. (Foto Zac Wittmer/San Francisco Católico).
16 de febrero de 2021
Lorena Rojas
Para ser la primera vez que se celebra el Congreso de Renovación Carismática de forma virtual estuvo muy bien, dijo César Hernández quien con su esposa María Teresa Hernández coordinan el grupo de oración Cristo Rey de las parroquias de la Misión en San Francisco.
El congreso anual de la Renovación Carismática Católica tuvo lugar el 13 de febrero, por primera vez en 30 años de forma virtual y se trasmitió desde la iglesia San Antonio en San Francisco.
Lo más importante fue que estuvimos con Jesús presente en el Santísimo Sacramento, y muchas personas siguieron el congreso a través de tres diferentes plataformas tanto por Facebook Live, como en el canal de YouTube de las parroquias de la Misión y de la Arquidiócesis de San Francisco.
Otra razón por la cual la primera experiencia fue muy buena porque contamos con la predicación del obispo Francisco Tijerino desde la Diócesis de Bluefields en Nicaragua y el padre Pedro Alvarado desde Guadalajara, dijo César Hernández.
Mientras tanto, “aquí en la iglesia San Antonio nos acompañaron el delegado episcopal para la Renovación Carismática Católica de la Arquidiócesis de San Francisco el padre Moisés Agudo, y el padre Rafael Bermúdez, vicario de las iglesias de la Misión, agregó Hernández.
Hernández reconoció que sintió tristeza al ver la iglesia vacía durante el congreso ya que en años anteriores reunían a cientos de fieles en el salón de la iglesia San Antonio.
Sin embargo, “gracias a la tecnología hemos podido conectar a muchas personas con Jesús (el Santísimo), gracias también al padre Moisés que nos dio permiso de hacer este congreso de esta forma”, dijo el coordinador del grupo Cristo Rey.
Alejandro Galo, coordinador general del Movimiento de Renovación Carismática Católica Hispana de la Arquidiócesis de San Francisco, quien desde hace unos 40 años experimentó la efusión del Espíritu Santo en un encuentro en la iglesia Santa Ana en Managua, Nicaragua, dijo que este congreso virtual ha dado buenos resultados, llegando a las personas que antes participaban de forma presencial, ahora también a personas mayores o enfermas que no podían asistir a un congreso.
Galo dijo que las personas carismáticas se unen a este movimiento porque es una forma de celebrar de manera más expresiva la alegría después de haber recibido el Espíritu Santo en la Eucaristía, por eso “al Movimiento Carismático se le llama también la Renovación en el Espíritu”, dijo.
Galo fue uno de los organizadores y predicador durante el congreso virtual, evento en el cual, debido a las restricciones por la pandemia, participaron de forma presencial solo seis miembros de la junta directiva que incluye a más de 20 parroquias en toda la arquidiócesis.
Algunas personas que vivieron el congreso desde sus casas compartieron sus experiencias.
Rosario Méndez, una parroquiana de San Antonio y San Pedro que vive cerca de las calles 24 y Balmy en la Misión, ha participado por muchos años en el Congreso Carismático en San Antonio, este año vio la transmisión del congreso en YouTube desde el cuarto de su casa con el teléfono celular en la mano.
Méndez ha pasado momentos difíciles en los últimos dos años y el congreso carismático le ayudó sobre todo porque estaba terminando la cuarentena por resultar positiva con COVID-19.
Ella salió el 8 de febrero de una habitación de hotel donde estuvo aislada desde el 26 de enero cuando fue diagnosticada con el virus, su esposo Juan Miguel de 70, sobreviviente de un derrame cerebral, quien depende de otras personas para sus necesidades diarias, también fue diagnosticado positivo y puesto en cuarentena en su casa bajo el cuidado de su hermana, la única que no tuvo el virus en la casa.
Llorando, por todo los momentos difíciles que han vivido cuando tuvo a su esposo en coma por el derrame, la muerte de dos hermanos y de su mamá en los últimos dos años, Méndez asegura que otras personas que conocidas han sufrido inclusive más por COVID-19 o por eso este año el congreso carismático llenó una gran necesidad llegando hasta los hogares.
Ella confía en Dios y la Virgen que esta pandemia termine para poder volver a celebrar como antes.
“Primero Dios y la Virgen el próximo año tengamos un congreso en el que nos podamos abrazar. Necesitamos los abrazos. En un congreso abrazamos a las personas que vemos que están sufriendo, lloramos con quienes están tristes”, dijo.
Una de esas personas a quienes les llegó el congreso a pesar de la distancia fue Laura Flores, de 51 años, a su esposo Héctor, su hija Areli y su pequeño niño Gianni, ellos viven en Stockton y no pertenecen al algún grupo carismático, pero a través del rezo del Rosario que transmite María Teresa Hernández vía Facebook Live cada noche a las 7 p.m. desde la iglesia San Antonio, la familia Flores se enteró de este congreso y participaron el 13 de febrero.
“Es una nueva experiencia diferente pero también hermosa, sentí esa presencia y energía, esa paz que nos dio estar frente al Santísimo”, dijo.
Agregó que “si Dios nos da la oportunidad a mi esposo y a mí nos gustaría asistir a un grupo carismático cuando todo esto (la pandemia) pase y también asistir al congreso carismático del grupo Cristo Rey”, dijo Flores.