Hermanas Dominicas de San Rafael celebran el Día de la Paz, en los jardines del convento en San Rafael, en el 2017. (FOTO LORENA ROJAS/SAN FRANCISCO CATÓLICO)
Marzo 24, 2019
Araceli Martínez
¿Te has puesto a pensar que tanta comida desperdicias en tu casa?
En la lucha contra el desperdicio de alimentos, la Iglesia Católica ha sido una de las más involucradas en evitarlo, y de forma particular las Hermanas Dominicas de San Rafael están preocupada por el problema del hambre en el mundo.
“Este esfuerzo está alineado con sus valores”, dijo durante una entrevista para El San Francisco Católico, Laura Moreno, doctora en energía y recursos por la Universidad de California en Berkeley, quien en febrero dio una plática en el Centro de las Hermanas Dominicas de San Rafael, California, sobre el desperdicio de comida y su impacto en el cambio climático.
Revela que le impactó mucho la conexión entre su trabajo de investigación sobre el desperdicio de comida y el trabajo de la Iglesia Católica en relación con el combate al hambre.
Ya que considera que evitar el desperdicio de comida encaja dentro de la filosofía de la Iglesia Católica que cuida el medio ambiente y la calidad del aire para que las futuras generaciones puedan prosperar.
¿Pero cómo desperdiciar comida influye en el cambio climático? Laura explica que hay dos conexiones.
“La primera tiene que ver con la comida que tiramos y termina en los basureros. Esto crea metano, un gas que es más negativo sobre el calentamiento del planeta que el dióxido de carbono”, dice.
“La segunda se produce cuando cultivamos los alimentos, los empacamos y transportamos. Cuando tiramos comida, todo los recursos que invertimos en su producción y transporte como pesticidas, fertilizantes, agua, energía y mano de obra se desperdicia y afecta el cambio climático”, indica.
La experta explica que el 40% de la comida que se desperdicia, ocurre en los hogares de los Estados Unidos.
“Es la comida que dejamos en el plato y tiramos a la basura. Esa ensalada que compramos y nos olvidamos que estaba detrás en el refrigerador y ya no está buena”, cita como ejemplo.
Pero también se da en la comida que ya se le venció su fecha de caducidad. También la vemos en restaurantes y supermercados, y en toda la cadena alimenticia”.
¿Qué podemos hacer para reducir el desperdicio de comida?
Considera que el desperdicio de comida hace sentir culpable a los católicos y a todos.
“Para cambiar esto, necesitamos revisar nuestras propias vidas. La Iglesia Católica y otras organizaciones religiosas en general son comunidades muy fuertes que ayudan a sus miembros a tener conciencia de los cambios que podemos hacer para reducir el desperdicio de alimentos”, señala.
“Necesitamos entender el impacto en el medio ambiente cuando la desperdiciamos”, indica.
Su principal consejo para prevenir el desperdicio es planear antes de ir de compras. “Necesitamos ser realistas y ver qué funciona en nuestra casa y apoyarnos entre nosotros para reducir el desperdicio de comida”, indica.
Durante su presentación en el convento de las Dominicas de San Rafael, la participación de los presentes fue muy buena.
“Muchos de los participantes tenían experiencias personales tratando de alimentar a gente a través de los bancos de comida y comedores. Y están muy interesados en que no haya desconexión entre su casa y el mundo donde hay muchos que no tiene suficiente para comer”, indica.
La hermana Carla Kovack de las Hermanas Dominicas de San Rafael dice que ellas siempre han estado comprometidas con la visión del papa Francisco sobre el medio ambiente.
Fue en la Cumbre para la Acción sobre el Cambio Climático celebrada en septiembre en San Francisco que se encontró con otros líderes de fe y compartieron la inquietud mutua sobre cómo influir para bien en el cambio climático.
En dicha Cumbre se encontró con Laura Moreno y decidió invitarla para que fuera una de las oradoras a las pláticas mensuales que tienen las Dominicas.
Agrega que como católicos estamos constantemente alimentando nuestro amor por Dios, y está dentro de nuestra cultura y raíces, compartir en familia los alimentos.
“Al final de la plática que dio Laura Moreno, los asistentes se sintieron más comprometidos en hacer una diferencia para reducir el cambio climático”, comparte la hermana Carla.
En el 2015, el papa Francisco publicó su encíclica Laudato Si: En cuidado de la Casa Común uniéndose a la lucha contra el cambio climático. Dijo entonces que la Iglesia católica ve al cambio climático como un asunto moral que debe ser atendido para proteger la tierra y a todos los que la habitamos.