Para Marco Romero y Marlene Cruz es muy importante que su hijo Ethan reciba una educación de alto nivel académico y buenos valores como los que le enseñan en su casa. (Foto de cortesía).
5 de enero de 2021
Lorena Rojas
Marco Romero y Marlene Cruz tienen a su hijo Ethan Romero de 6 años en la escuela St. James en San Francisco cursando el primer grado, decidieron inscribirlo en una escuela católica porque encontraron en ella, además de la excelencia académica, una educación integral que refuerza los valores que le enseñan en la casa.
El día que fueron al evento de puertas abiertas, en el 2019 cuando Ethan tenía la edad para ingresar al kínder, los Romero dijeron “esta va a ser la escuela de nuestro hijo”.
Para estos papás originarios, él de México y ella de El Salvador, cuenta mucho que su hijo sea educado en un ambiente donde también le enseñen a saludar, despedirse, a tratar con respeto a los compañeros y otras personas y recibir educación religiosa.
“El primer día que fuimos a la escuela vimos como los estudiantes de los grados superiores se relacionan con los más pequeños y el respeto para con los visitantes”, dijo Romero.
Agregó que “antes de la pandemia en la escuela llevaban a los estudiantes a misa una vez por semana y ahora que están aprendiendo desde las casas, una de las primeras cosas que hacen cada mañana es rezar. Igual, en la casa también rezamos en familia todas las noches”, compartió Romero.
“Para nosotros también es muy importantes el nivel educativo, nos gustó el plan de enseñanza que nos ofreció la escuela. En nuestro caso fue la mejor decisión mandar al niño a St. James”, dijo.
Romero describe el método Blended Learning de enseñanza-aprendizaje que usa St. James como un modelo que ayuda a los estudiantes a reforzar las áreas que más necesitan, pero a la vez los enseña a trabajar en grupo.
“Reúnen a los estudiantes en grupos pequeños, cada grupo estudia una materia diferente y van rotando en los grupos, así cada niño avanza de acuerdo a su posibilidad de aprendizaje”, explica este papá.
Ethan ingresó al kínder antes de la pandemia y continúo el primer grado con las adecuaciones que ha hecho la escuela debido al COVID-19, así que los Romero valoran la enseñanza en St. James tanto por las clases en el salón como las clases a distancia.
“Cuando llegó la pandemia y se dio la orden de quedarse en casa, la escuela se adaptó rápido para darle a los estudiantes las clases a distancia, entregarles paquetes de material impreso y suplir con tabletas a los estudiantes que no tenían una”, explicó Romero.
“Los niños no han parado de aprender (durante la pandemia), la escuela ofrece programas extras para que los estudiantes vayan tan lejos como deseen y los maestros están disponibles para ayudar después de clases. Yo siempre lo motivo para que haga actividades extras”, dijo.
Romero está desempleado, desde antes de la pandemia su negocio en el Mercado de las Pulgas de Oakland no estaba muy bueno, por lo que decidió dejarlo para dedicarle más tiempo a su hijo mientras su esposa trabaja.
Ahora con el programa de enseñanza a distancia, Ethan recibe las clases viendo la pantalla de una tableta en su casa. Mientras tanto su papá escucha a los maestros enseñando las clases y eso le facilita para ayudarle al niño con las tareas.
“En nuestro caso, él y yo todos los días hacemos trabajo extra ya sea de matemáticas, lectura u otros temas. Él tiene una rutina diaria que incluye el tiempo de las clases, los descansos, las horas para comer, las tareas y el trabajo extra. Como padre lo que cuenta es estar con el hijo y ayudarle y eso hace la diferencia”, comparte este papá.
La familia Romero Cruz recibe una beca para el pago de una parte de la colegiatura de su hijo, quien además es uno de los dos estudiantes ganadores de una segunda beca que ofrece la escuela.
“Tenemos que buscar la forma de educar a los hijos porque ellos son el futuro de este país” aseguró Romero.
La escuela St. James enseña a sus estudiantes con la filosofía de la las hermanas Dominicas de Misión San José. Aunque las monjas ya no están directamente dirigiendo la escuela, continúan apoyándola con programas como Visión of Hope, una fundación que provee ayuda financiera a las familias que quieren educar a sus hijos en esta escuela católica pero no tiene recursos económicos suficientes, como es el caso de la familia Romero Cruz.
Con los recursos de Visión Hope la escuela ayuda a muchas familias con el pago de la colegiatura, pero requieren de más donantes para poder ofrecer becas a otras familias y poder inscribir a más estudiantes, dijo Alex Endo, actual y primer director laico de St. James.
Endo agregó que la escuela ha pasado este tiempo de la pandemia con gran fortaleza, sin haber dejado a los estudiantes ni un día del tiempo lectivo sin clases. Él destaca el trabajo extra que han hecho los profesores preparando un programa a distancia que ni se imaginaban que tendrían que hacer algo así.
El director de St. James reconoce el trabajo que hacen los maestros en la relación con las familias. “Ellos se comunican con los papás para ayudarles con el programa a distancia cuando tienen preguntas”. Dijo que una vez al mes los papás recogen un paquete con material de apoyo ya sea para ciencias, matemáticas u otras materias.
St. James está trabajando duro durante la pandemia para acomodar los pagos a las familias que están pasando una situación económica difícil por la pérdida de sus trabajos. “Nuestra meta es la educación de los niños”, dijo.
Hasta la clase se cocina se les ha comenzado a ofrecer de nuevo a los estudiantes a partir del mes de septiembre.
Todas las familias recibieron una bolsa con melones, granola y otros ingredientes para preparar en la casa una ensalada de frutas, y a través de un video el instructor de cocina les enseñó paso a paso la receta. Este y otros cursos extracurriculares como arte y español ayudan a que la familia agregue más felicidad a sus vidas en momentos difíciles de la pandemia.
“La pandemia ha sido un reto, pero estoy muy orgulloso de los maestros que han trabajado tanto y se han ayudado mutuamente para enseñar en esta nueva realidad, para que la educación de los 145 alumnos de St. James no se vean afectada por esta situación, dijo Endo.