4 de marzo del 2020
Ha pasado otro año, y estamos al comienzo de una nueva
temporada de Cuaresma con toda la promesa que tiene
para cada uno de nosotros. Esperamos con ansias estas
seis semanas de oración intensiva, ayuno y limosna con la
intención y esperanza de llegar a la Pascua cambiados de
alguna manera en mejores personas; convertidos más en
la persona que Dios quiere que seamos, la persona que
todos sabemos que podemos y debemos ser. Animo a
todos a programar el tiempo para cada una de estas
cosas: Orar ante el Santísimo Sacramento, rezar el rosario
en familia, y ayunar el Miércoles de Ceniza y los viernes de
Cuaresma como mínimo; y a compartir lo más que
puedan con los pobres tanto como para sentir la pérdida de sí mismo y que el receptor note la bendición.
Durante esta Cuaresma que corresponde a una campaña política altamente divisiva podemos ser
especialmente generosos, a través de la cortesía, claridad y compasión en nuestras conversaciones con
aquellos con quienes no estamos de acuerdo. Los obispos de los Estados Unidos ofrecen consejos sobre
cómo superar los ataques, arraigar los puntos de vista en el Evangelio y defender las propias convicciones
mientras honran la dignidad de los demás (visite civilizeit.org). Esta Cuaresma, nuestros esfuerzos pueden
ser una ofrenda indicando nuestro deseo de conformar nuestras vidas más estrechamente a la vida de
Jesús.
Que Dios te bendiga en esta temporada santa.