El papa Francisco hace un gesto cuando dirige su audiencia general en la Plaza San Pedro en el Vaticano el 6 de noviembre. (Foto CNS/ Paul Haring).
8 de noviembre de 2019
Carol Glatz
Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO -- Jesús invita a todos a siempre ir a él, dijo el papa Francisco, lo cual significa hacer que la vida ya no gire alrededor de uno mismo.
"¿En qué dirección va mi camino? ¿Trato únicamente de dar buena impresión, proteger mi posición, mi tiempo y mi espacio, o voy al Señor?", preguntó durante una misa memorial para recordar a los 13 cardenales y 147 obispos fallecidos en el año anterior.
Al celebrar la misa el 4 de noviembre en la Basílica de San Pedro, el papa reflexionó en su homilía sobre la voluntad de Dios de que todo el que crea en él tenga la vida eterna y resucite en el último día.
En la lectura del Evangelio del día, Jesús dice: "No rechazaré a nadie que venga a mí".
Jesús extiende esta invitación— ¡Vengan a mí!" para que las personas "sean vacunadas contra la muerte, contra el temor de que todo acaba", dijo el Papa.
Ir a Jesús significa vivir cada momento del día de modo que lo ponga a él en el centro, en los pensamientos, las oraciones y las acciones, y especialmente en la ayuda al necesitado. Dijo que la gente se debe preguntar: "¿Vivo yendo hacia el Señor o giro en torno a mí mismo?" sintiéndose feliz solamente cuando las cosas van bien para ellos mismos y quejándose de cuando no es así.
"No puedes pertenecer a Jesús y centrarte en ti mismo. Quien pertenece a Jesús vive saliendo hacia él", dijo.
"Hoy, cuando oramos por nuestros hermanos cardenales y obispos que han partido de esta vida para encontrarse con el Resucitado, no podemos olvidar la salida más importante y difícil, la que da sentido a todas las demás, que es (salir) de nosotros mismos", dijo.
El puente entre la vida terrena y la vida eterna en el cielo, dijo, es mostrar compasión y "arrodillarse ante los necesitados para servirles".
La gente haría bien, añadió, en pensar sobre lo que verá el Señor en ellos en el día del juicio.
"Entre las muchas voces del mundo que nos harían perder el sentido de la existencia, afinemos el oído a la voluntad de Jesús, resucitado y vivo".