En la entrada de la iglesia San Antonio de Padua se ve una voluntaria tomando la temperatura al parroquiano Jaime González, el domingo 14 de junio. Revisar la temperatura es una de las nuevas medidas para participar en las misas públicas. (Foto Zac Wittmer/San Francisco Católico).
16 de junio del 2020
Lorena Rojas
San Francisco Católico
“Me siento como si esta fuera la primera misa de mi vida”, con estas palabras comenzó el padre Moisés Agudo el sermón en la iglesia San Antonio, el 14 de junio, día de la reapertura de misas públicas en las parroquias del distrito de la Misión.
Durante el sermón, el padre Agudo dijo que “El ministerio sacerdotal tiene sentido si ustedes (los feligreses) están presentes. Para mí ha sido muy difícil celebrar la Eucaristía frente a una cámara”, compartió el párroco de San Antonio, San Pedro y San Carlos en el distrito de la Misión en San Francisco.
Agregó que durante la cuarentena comenzaron (las autoridades públicas) a ver otras cosas como esenciales y no el alimento del alma. Usando el temor por el virus “nos quitaron la celebración del Jueves Santo, el Viernes Santo, el Sábado Santo y la Pascua, también nos quitaron Pentecostés y la fiesta de la Santísima Trinidad”, dijo.
La primera misa pública coincidió con la fiesta del Corpus Christi que es precisamente la presencia física de Jesús. “La Iglesia es física, no virtual” recalcó el padre Agudo.
Él se mostró muy contento por la respuesta de los feligreses porque gran cantidad de personas están regresando a las misas públicas. También expresó agradecimiento porque lo están haciendo con responsabilidad, siguiendo las medidas para evitar la transmisión del coronavirus.
“Si hay alguien que es responsable es la Iglesia Católica, que siempre busca el bien común y no el bien particular”, dijo el padre Agudo, también vicario para los hispanos de la Arquidiócesis de San Francisco.
Confesó que durante los días previos a la reapertura de las misas con público estaba preocupado por los requerimientos de las autoridades de salud.
Las tres iglesias en las cuales el padre Agudo es el párroco, están en un área del condado de San Francisco donde se ha reportado la mayor cantidad de casos positivos por COVID-19.
Sin embargo, el primer fin de semana que se celebraron misas públicas en la Misión, se registraron 900 personas para participar en alguna de las 16 misas que se realizaron entre las tres parroquias, dijo el vicario para los hispanos.
Él padre Agudo hizo un llamado a los fieles para que continúen asistiendo a la misa como lo hicieron la primera vez después de la cuarentena, registrándose a través del sitio en internet de “Mission Parishes” donde pueden elegir una de las tres parroquias a la cuál van a asistir, asimismo incluir el número de personas por familia que van a ir a la misa.
Una docena de voluntarios ayudó en San Antonio, revisando que todos los feligreses estuvieran usando una máscara, rociando desinfectante en las manos de los fieles y tomando la temperatura antes de entrar al templo.
También ayudaron a las personas a sentarse manteniendo la distancia física y las dirigieron hacia una de las tres salidas que se habilitaron en la iglesia para evitar aglomeración al final de la misa. Después de cada una de las misas los voluntarios limpiaron todas las bancas con desinfectante.
Jaime González, es un vecino de Oakland quien asiste regularmente a la misa dominical en San Antonio. Él y su esposa Anabela Carrera participan en el ministerio Kerygma que se reúne en esta parroquia.
González asistió por primera vez a misa el domingo 14 de junio, después de tres meses de no haber estado en la misa en el templo y dijo que se sintió muy bien. Se mostró muy agradecido “con Dios, con los gobernantes y con el arzobispo Cordileone que hayan visto prudente volver a abrir las iglesias para celebrar misa y alabar a Dios como siempre lo hemos hecho”, dijo.