El combate del racismo es una de las luchas de la Iglesia Católica por la dignidad humana. Con este fin la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés) dirigió un paquete de recursos económicos a la Arquidiócesis de San Francisco para que a través del programa Excell Net se ayude a los exprisioneros en el proceso de reingreso a la sociedad a través de la educación.
Entre el histórico edificio de la Misión San Antonio y las praderas, bajo una carpa que ha servido de templo por las restricciones para evitar contagios de COVID-19, diez jóvenes recibieron el sacramento de la Confirmación el sábado 26 de septiembre en Pescadero.
Los temores por la salud personal debido al COVID-19, el aislamiento prolongado de familiares y amigos, un panorama político y social polarizado y la incapacidad de encontrar consuelo en la misa pública y los sacramentos son las principales fuentes de estrés y ansiedad para los lectores católicos de San Francisco en 2020.
El arzobispo de San Francisco Salvatore J. Cordileone denunció en la homilía del 20 de septiembre que la iglesia católica es víctima de discriminación deliberada por parte del gobierno local que no le permite dejar entrar más de una persona a la vez a las iglesias, y ha ignorado el plan de seguridad presentado por la Iglesia.
Nieves Pacheco, es una parroquiana de la iglesia San Antonio de Padua en Menlo Park, una inmigrante que se vio obligada a desplazarse debido a la violencia. Salió de Jalisco, México a los 22 años, dejando a sus tres hijos pequeños escondidos en la casa de su mamá para salvar su vida y la de ellos, Ella se ve representada en la lucha de la Ia Iglesia para ayudar a los migrantes en todo el mundo. La Iglesia Católica celebra el 27 de septiembre la 106 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, para fortalecer el compromiso con los desplazados en el camino muchas veces forzado y doloroso hacia un nuevo hogar.
Yo soy el Párroco de las tres iglesias con más presencia hispana en la ciudad de San Francisco: San Pedro, San Antonio y San Carlos. Mis feligreses son parte de una rica diversidad en San Francisco que incluye a muchas personas fieles, pobres y trabajadoras. El coronavirus les ha quitado mucho. El consuelo de la Misa no debería ser una de estas cosas. El arzobispo Salvatore J. Cordileone pidió recientemente a la alcaldesa London Breed que levante las injustas restricciones a la misa y él tiene razón.